El exceso de inventario puede ser un costo de mala calidad porque representa un uso ineficiente de los recursos. Cuando una compañí aproduce más productos de los que puede vender o almacenar, termina con un exceso de inventario que ocupa un valioso espacio de almacenamiento e inmoviliza el capital. Este exceso de inventario puede conducir a un aumento de los costos de mantenimiento y mantenimiento, como el alquiler, los servicios públicos, los seguros y la mano de obra. Además, si el inventario se vuelve obsoleto o desactualizado, es posible que la compañía deba cancelarlo como una pérdida.

El exceso de inventario puede ser un signo de mala calidad si es el resultado de defectos o errores en el proceso de fabricación. Por ejemplo, si una compañía produce productos con altas tasas de defectos, es posible que tenga que producir más productos de los que necesita para satisfacer la demanda de los clientes, lo que genera un exceso de inventario. Este exceso de inventario puede ser costoso para la compañía y puede dañar su reputación si no puede satisfacer la demanda de los clientes de productos nuevos o mejorados.

Por lo tanto, el exceso de inventario puede considerarse un costo de mala calidad porque representa desperdicio e ineficiencia en el proceso de fabricación y puede ser el resultado de defectos o errores en el diseño del producto o en el proceso de producción.